Debates, desgarraites y pensiones


Con palos y mantas un grupo nutrido de hombres (prácticamente todos ellos y además de apariencia curtida) tomaron las orillas del principal eje vial de la capital. Los rostros denotaban más aburrimiento que otra cosa, entre bromas y juegos intentan hacer más ágil las largas horas de calor. Algunos entre la multitud, cuidadosamente vestida para no llevar ni un sólo logo, símbolo partidista o de alguna organización social, dan órdenes. La masa de gente se distribuye en los principales cruces, los mensajes son un copia y pega, todos el mismo "AMLO, la CDMX ya decidió: te vas a ‘la chingada", la orden parece evidente, no interrumpir el tráfico. A pesar de todo algunos de los más aburridos o temerarios cierran la circulación por momentos.

Otro grupo más variopinto donde si hay mujeres y niños se agolpa junto al Palacio de Mineria, sus mensajes son más imaginativos y más artesanales, la cartulina hecha a mano sustituye a la manta de imprenta. Este segundo grupo tampoco trae logos, pero es evidente que son perredistas quienes casi chocan con los grupos de morenistas que también han llegado a dar apoyo a su candidato. El colchón que forman y que los divide un poco del primer grupo, no alcanza para despejar la evidente amenaza que representan.

A lo largo de los movimientos sociales es usual el uso de porros o golpeadores para intimidar, infiltrar y reventar concentraciones. Su sólo presencia es un despliegue de fuerza por parte del aparato de gobierno. En el caso anterior, es evidente que el primer grupo son un grupo de choque acarreado con el fin específico de intimidar a los simpatizantes de morena. La amenaza de violencia crece conforme la desesperación del PRD aumenta, pues un partido que nació como crisol de grupos sociales que lucharon por democratizar la vida laboral, estudiantil y política, ahora ha perdido sus bases a cambio de un efímero reparto del poder.

Con esto no me refiero que Morena sea el representante de la clase obrera, AMLO no es un amigo del trabajador, pero los otros cuatro son abiertos enemigos. El grupo de candidatos que apuestan por la continuidad del modelo neoliberal, que básicamente consiste en aumentar la explotación directa del trabajador para exprimir mayores ganancias, y parecen decididos a evitar a toda costa el arribo de un candidato que promete al menos frenar el empuje de las reformas neoliberales.



En un contraste apabullante, un grupo de damnificados se presentaron el jueves ante la Secretaria de Finanzas a reclamar la falta de atención del gobierno del DF/CDMX para con ellos. Eran pocos, pues a pesar de ser muchos los afectados fue día laboral y la mayoría tiene que trabajar (ahora más que nunca) para seguir sobreviviendo. Pese a todo soportaron el desaire de funcionarios que se negaban a recibirlos y procedieron hacer presión cerrando la vía pública unos minutos. Mientras la mayoría de ellos esperaba a que los representantes escogidos hablaran con las autoridades, un grupo de médicas y  de policías que también protestaban se les acercó y durante cerca de dos horas compartieron experiencias. A los médicas se les prometió una base antes que Mancera se fuera, a cambio de ayudar con extenuantes jornadas de trabajo en el Seguro Popular, los polis protestan pues según el contrato que se tenga, puedes o no tener una pensión al concluir tu servicio.

Esas son las verdaderas historias de nuestra ciudad, esa es nuestra realidad viva. Se respeta a los compañeros que apoyan la lucha electoral, pero más allá de eso, sólo la organización y la lucha cotidiana de los trabajadores puede lograr ya no frenar, sino revertir las desastrosas (contra)reformas que han destruido nuestra calidad de vida.

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